Trabajando, estudiando, comiendo y riendo; día y noche me acuerdo de ti. Cada vez que lo hago mi piel se eriza, mis labios sonríen, mi mente se evapora en recuerdos.
Apenas nos conocemos y eso que va a hacer (el próximo mes) 30 años desde que me conoces y por mucho que te tenga presente veo que no te conozco, que eres genial, un gran amigo, a veces padre, otras compañero de fiestas y fatigas.
Pero eres pensándolo fríamente mi mejor amigo con diferencia. Listo, audaz, sabes salir a mi encuentro por mucho que me aleje de ti y por mucho que trate de ocultarme entre los arbustos del camino. Como un chiquillo escapando de su madre, por jugar...
Siempre estas, cuando otros no. Siempre eres amable, me invitas a comer a tu casa, me haces compañía cuando estudio y me alientas cuando por las noches trabajo. Ya he dicho que eres genial?. Eres "la leche".
Me acuerdo de aquella vez, que tirado en la cama casi era incapaz de respirar, de dormir. Viniste a verme, te pasaste un mes conmigo, al lado de mi cama, me leías libros, hablábamos, oíamos música incluso dormía.
Esto es un testimonio de un amigo que te quiere, que se me rompe el corazón cada vez que no te miro o no te saludo por la calle, cada vez que... viéndote y sintiéndote, trato de esquivarte.
Te querré y te quiero. Tu lo sabes.
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